EL SABIO Y EL REY
Un Rey soñó que había perdido todos los dientes.
Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su
sueño.
- ¡Qué desgracia mi señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído
representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
- ¡Qué insolencia! - gritó el Rey enfurecido - ¿Cómo te atreves a decirme
semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había
soñado.
Este, después de escuchar al Rey con atención, le dijo:
- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada.
El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Rey con una gran sonrisa y ordenó que le
dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la
misma que el primer Sabio. No entiendo porque al primero le pagó con cien
latigazos y a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio - que
todo depende de la forma en el decir... uno de los grandes desafíos de la
humanidad es aprender a comunicarse.
lunes, 29 de septiembre de 2008
2ª EDICIÓN: UN LUNES, UN CUENTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario