La trovadora, Beatriz de Día (1140-1175)
Cuando
en los siglos XI y XII surgieron en Francia las conocidas como cortes
de amor y los famosos trovadores deleitaron a su público con cantos al
amor cortés, un grupo reducido de mujeres quiso seguir los pasos de
aquellos poetas y escribir sus propios versos. Las trobairitz, o
trovadoras, quisieron plasmar en su obra poética los sentimientos más
profundos provocados por un amor sublime. Pero así como la historia ha
ensalzado a los trovadores convirtiéndolos en personajes indispensables
de la Edad Media más legendaria, las trovadoras desaparecieron de
cualquier campo de estudio, historiográfico, literario o musical. Pero
las trobairitz existieron, y algunas de ellas escribieron bellísimos versos. Ese fue el caso de la misteriosa Béatrice de Die, Beatriz de Dia.
Una biografía desconocida
De Beatriz de Dia, conocida como la Condesa de Dia, conocemos lo que se narra en una vita:
“La Condesa de Dia fue mujer de Guillermo de Poitiers, una señora bella
y buena. Y se enamoró de Rimbaud de Orange, e hizo sobre él muchas
bellas canciones”1.
La
Condesa de Dia, a partir de este texto, se ha identificado con una
trovadora, Beatriz, casada con Guillermo de Poitiers pero que, enamorada
del trovador Rimbaud de Orange, dedicó su obra poética a este amor
prohibido.
Beatriz
habría nacido en 1140. Unas fuentes la identifican como la hija del
Conde Isoardo II de Die, mientras que otras sitúan su nacimiento en el
seno del delfinado de Viennois. Según esta segunda hipótesis, Beatriz
sería hija de Guiges IV y el título de Condesa de Dia lo habría adoptado
tras casarse con Guillermo I de Poitiers, quien tenía posesiones en el
condado de Die.
Cantando al amor sublime
La
búsqueda de la vida de esta enigmática y fascinante mujer conduce a un
muro de datos confusos y oscuros, hecho que contrasta con la fama que
parece ser que tuvo en su tiempo, pues los manuscritos con sus canciones
y sus versos circularon por Francia y el norte de Italia.
Lo que se sabe con certeza es que la trovadora conocida como la Condesa de Dia fue la autora de la única partitura de una canción escrita por una mujer de su tiempo que haya llegado hasta nuestros días, A chantar m'er de so qu'eu no volria.
Lo que se sabe con certeza es que la trovadora conocida como la Condesa de Dia fue la autora de la única partitura de una canción escrita por una mujer de su tiempo que haya llegado hasta nuestros días, A chantar m'er de so qu'eu no volria.
Así,
ante la falta de conocimientos sobre los hechos de la vida de esta
trovadora, sólo nos queda deleitarnos con unos versos que transpiran el
carácter de una mujer valiente y dispuesta a romper con la eterna imagen
de mujer callada, obediente y sumisa.
He estado muy angustiada
por un caballero que he tenido
y quiero que por siempre sea sabido
cómo le he amado sin medida;
Ahora comprendo que yo me he engañado,
porque no le he dado mi amor,
por eso he vivido en el error
tanto en el lecho como vestida.
Cómo querría una tarde tener
a mi caballero, desnudo, entre los brazos
y que él se considerase feliz
con que sólo le hiciese de almohada,
lo que me deja más encantada
que Floris de Blancaflor:
Yo le dono mi corazón y mi amor,
mi razón, mis ojos y mi vida.
Bello amigo, amable y bueno,
¿cuándo os tendré en mi poder?
¡Podría yacer a vuestro lado un atardecer
y podría daros un beso apasionado!
Sabed que tendría gran deseo
de teneros en el lugar del marido,
con la condición de que me concedierais
hacer todo lo que yo quisiera.
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