lunes, 26 de enero de 2009

30 de enero. DÍA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA

POEMAS PARA LA PAZ
1. ALBERTI, R., Ese general
2. ALEIXANDRE, V., El niño raro
3. BENEDETTI, M., Las Palabras
4. BENITEZ REYES, F., Una forma de profanación
5. BRECHT, B., Muchas maneras de matar
6. CABALLERO BONALD, J.M., Primeras letras
7. CABALLERO BONALD, J.M., Preguntas
8. CELAYA, G., La poesía es un arma cargada de futuro
9. CELAYA, G., Mi chico no era malo
10. FELIPE, L., Hay dos Españas
11. FIGUERA, A., No quiero
12. FUERTES, G., Los magos de Occidente
13. GARCÍA LORCA, F., Casida del llanto
14. GONZÁLEZ, A., El campo de batalla
15. GOYTISOLO, J.A., Nadie está solo
16. GOYTISOLO, J.A., De noche a solas
17. GRANDE, F., Vallejo, hermano
18. GUILLÉN, N., No sé por qué piensas tú
19. HERNÁNDEZ, M., Tristes guerras
20. JANÉS, C., Pido
21. MACHADO, A., La muerte de un niño herido
22. NERUDA, P., Tenéis que oírme
23. OTERO, B. de, Pido la paz y la palabra
24. SILES, J., Contra la guerra
25. VALLEJO, C., Masa





















ESE GENERAL
.
-Aquí está el general.
¿Qué quiere el general?
- Una espada desea el general.
-Ya no existen espadas, general.
¿Qué quiere el general?
-Un caballo desea el general.
-Ya no existen caballos, general.
¿Qué quiere el general?
-Otra batalla quiere el general.
-Ya no existen batallas, general.
¿Qué quiere el general?
-Una amante desea el general.
-Ya no existen amantes, general.
¿Qué quiere el general?
-Un gran tonel de vino desea el general.
Ya no hay tonel ni vino, general.
¿Qué quiere el general?
-Un buen trozo de carne desea el general.
-Ya no existen ganados, general.
¿Qué quiere el general?
-Comer yerbas desea el general.
-Ya no existen los pastos, general.
¿Qué quiere el general?
-Beber agua desea el general.
-Ya no existe más agua general.
¿Qué quiere el general?
-Dormir en una cama desea el general.
-Ya no hay cama ni sueño, general.
¿Qué quiere el general?
-Perderse por la tierra desea el general.
-Ya no existe la tierra, general.
¿Qué quiere el general?
-Morirse como un perro desea el general.
-Ya no existen los perros, general.
¿Qué quiere el general?
¿Qué quiere el general?
Parece que está mudo el general.
Parece que no existe el general.
Parece que se ha muerto el general.
que ya, ni como un perro, se ha muerto el general,
que el mundo destruido, ya sin el general,
va a empezar nuevamente, sin ese general.
(Rafael Alberti)




EL NIÑO RARO


Aquel niño tenía extrañas manías.
Siempre jugábamos a que él era un general
que fusilaba a todos sus prisioneros.
Recuerdo aquella vez que me echó al estanque
porque jugábamos a que yo era un pez colorado.
Qué viva fantasía la de sus juegos.
Él era el lobo, el padre que pega, el león, el hombre del largo cuchillo.
Inventó el juego de los tranvías,
y yo era el niño a quien pasaban por encima las ruedas.
Mucho tiempo después supimos que, detrás de unas tapias lejanas,
miraba a todos con ojos extraños.
Vicente Aleixandre, Historia del corazón. La mirada infantil.


LAS PALABRAS


No me gaste las palabras
No cambie el significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.
Si usted habla de progreso
Nada mas que por hablar
Mire que todos sabemos
Que adelante no es atrás.
Sí esta en contra de la violencia
Pero nos apunta bien,
Si la violencia va y vuelve
No se me queje después.
Si usted pide garantías
Solo para su corral
Mire que el pueblo conoce
Lo que hay que garantizar
No me gaste las palabras
No cambie su significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.
Si habla de paz pero tiene
Costumbre de torturar
Mire que hay para ese vicio
Una cura radical.
Si escribe Reforma Agraria
Pero solo en el papel
Mire que si el pueblo avanza
La tierra viene con él.
Si esta entregando el país
Y habla de soberanía
Quien va a dudar que Usted es
SOBERANA PORQUERIA.
No me gaste las palabras
No cambie su significado
Mire que lo que yo quiero
Lo tengo bastante claro.
No me ensucie las palabras
No les quite su sabor
Y límpiese bien la boca
Si dice REVOLUCION.

Mario Benedetti

UNA FORMA DE PROFANACIÓN

Siempre ha tenido
el más hermoso nombre de ciudad.

En los cuentos exactos de la infancia
era el confín nativo de un ladrón,
un confuso lugar con hombres raros,
tocados con turbante,
a lomos de caballos presurosos.

Hoy es sólo un desierto
en que brillan estrellas violentas.

Bombardeada tierra, en fin, de las imaginaciones,
desdichada Bagdad,
yo que te imaginaba
fulgente por tus cúpulas de oro...
Felipe Benitez Reyes
MANERAS DE MATAR

Hay muchas maneras de matar.
Pueden meterte un cuchillo en el vientre,
quitarte el pan,
no curarte una enfermedad,
meterte en una mala vivienda,
empujarte al suicidio,
torturarte hasta la muerte por medio del trabajo,
llevarte a la guerra, etcétera.
Sólo pocas de estas cosas están prohibidas en nuestro estado.

(Bertolt Brecht)

PRIMERAS LETRAS

Un día lunes, cerca
del mar, sonó la palabra. Era
verano entre las cañas
pacíficas del trigo y nunca
la sucesoria hoguera
de las furias se propagó
con tanta iniquidad.

Vinieron
cargas de odio
en camiones, gritos
y sogas en caminos. Ebrios
de mosto y esperma, bajaron
hasta el mar
adolescentes brunos,
ciegos y reclutados
con los aperos de la tiranía,
niñas de sangres iniciales
con flechas en el seno,
espantas y pancartas
al frente de los himnos.

Entre el despliegue tortuoso, ¿quién
me llevó de la mano
a la frontera fraticida, dónde
me desertaron de ser niño?

Oh qué terribles y primeras
letras hostiles
de la patria. Párvula madre
mía, ¿qué hiciste
de nosotros, los que apenas
pudimos aprender
la tabla de sumar de la esperanza?

José Manuel Caballero Bonald, antologado en Poemas contra la guerra (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003).


PREGUNTAS


Ya se han puesto en camino
la muerte y sus patrullas:
la muerte, esa aliada
de la guerra más s ucia,
y con ella los cómplices
duchos en imposturas.
Dejan por los caminos
una imperial basura
y sus armas contestan
a todas las preguntas.
Patrañas y rapiñas
con la paz se camuflan
mientras la vida cuenta
sus muertes una a una.
La guerra es una patria
de horrible catadura
y el dios de los ejércitos
no retrocede nunca:
con sus armas contesta
a todas las preguntas.
José Manuel Caballero Bonald


LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO


Cuando ya nada se espera personalmente exaltante
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades:
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quienes somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: Poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: Lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
GABRIEL CELAYA ("Poesía urgente")

MI CHICO NO ERA MALO


Mi chico no era malo,
dice.
Tenía muchas novias,
claro.
Tocaba la guitarra
y algo
le bailaba en los dedos, malo.
Yo no digo que no fuera
raro,
pero explíqueme, Señor,
por qué lo fusilaron.

GABRIEL CELAYA



HAY DOS ESPAÑAS

Tuya es la hacienda,
la casa,
el caballo
y la pistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo
y me dejas desnudo y errante por el mundo...
mas yo te dejo mudo... ¡Mudo!
¿Y cómo vas a recoger el trigo
y a alimentar el fuego
si yo me llevo la canción?

León Felipe




NO QUIERO

No quiero
que los besos se paguen
ni la sangre se venda
ni se compre la brisa
ni se alquile el aliento.
No quiero
que el trigo se queme y el pan se escatime.
No quiero
que haya frío en las casas,
que haya miedo en las calles,
que haya rabia en los ojos.
No quiero
que en los labios se encierren mentiras,
que en las arcas se encierren millones,
que en la cárcel se encierre a los buenos.
No quiero
que el labriego trabaje sin agua
que el marino navegue sin brújula,
que en la fábrica no haya azucenas,
que en la mina no vean la aurora,
que en la escuela no ría el maestro.
No quiero
que las madres no tengan perfumes,
que las mozas no tengan amores,
que los padres no tengan tabaco,
que a los niños les pongan los Reyes
camisetas de punto y cuadernos.
No quiero
que la tierra se parta en porciones,
que en el mar se establezcan dominios,
que en el aire se agiten banderas
que en los trajes se pongan señales.
No quiero
que mi hijo desfile,
que los hijos de madre desfilen
con fusil y con muerte en el hombro;
que jamás se disparen fusiles
que jamás se fabriquen fusiles.
No quiero
que me manden Fulano y Mengano,
que me fisgue el vecino de enfrente,
que me pongan carteles y sellos
que decreten lo que es poesía.
No quiero amar en secreto,
llorar en secreto
cantar en secreto.
No quiero
que me tapen la boca
cuando digo NO QUIERO…
Ángela Figuera Aymerich


LOS MAGOS DE OCCIDENTE


Los magos de Occidente
(no de Oriente)
no eran tres,
eran cuatro.
El Mago Polvo
el Mago Migas
el Mago Pupas
y el Mago Daño.
Los magos de Occidente
eran soldados,
recorrían Europa
en carros blindados.
Balas y granadas (por todos los lados).
¡Vaya juventud que nos ha tocado!
Nos dieron granada, no el fruto,
la bomba de mano.
Lucha en cataclismo
(Magos de Occidente
para defenderse
hacían lo mismo).
El Mago Polvo
quedó hecho polvo.
El Mago Migas
quedó hecho migas.
El Mago Pupa
quedó hecho pupa.
Y el Mago Daño
(en silla de ruedas un año).
Cuando volvieron de la guerra mordaz,
se fueron a apuntar al Club de la Paz.
Gloria Fuertes

CASIDA DEL LLANTO

He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.
Hay muy pocos ángeles que canten,
hay muy pocos perros que ladren,
mil violines caben en la palma de mi mano.
Pero el llanto es un perro inmenso,
el llanto es un ángel inmenso,
el llanto es un violín inmenso,
las lágrimas amordazan al viento
y no se oye otra cosa que el llanto.
Federico García Lorca


EL CAMPO DE BATALLA

Hoy voy a describir el campo
de batalla
tal como yo lo vi, una vez decidida
la suerte de los hombres que lucharon
muchos hasta morir,
otros
hasta seguir viviendo todavía.
No hubo elección:
murió quien pudo,
quien no pudo morir continuó andando
los árboles nevaban lentos frutos,
era verano, invierno, todo un año
o más quizá: era la vida
entera
aquel enorme día de combate.
Por el oeste el viento traía sangre,
por el este la tierra era ceniza,
el norte entero estaba
bloqueado
por alambradas secas y por gritos,
y únicamente el sur,
tan sólo
el sur,
se ofrecía ancho y libre a nuestros ojos.
Pero el sur no existía:
ni agua, ni luz, ni sombra, ni ceniza
llenaban su oquedad, su hondo vacío:
el sur era un enorme precipicio,
un abismo sin fin de donde,
lentos,
los poderosos buitres ascendían.
Nadie escuchó la voz del capitán
porque tampoco el capitán hablaba.
Nadie enterró a los muertos.
Nadie dijo:
«dale a mi novia esto si la encuentras
un día».
Tan sólo alguien remató a un caballo
que, con el vientre abierto,
agonizante,
llenaba con su espanto el aire en sombra:
el aire que la noche amenazaba.
Quietos, pegados a la dura
tierra,
cogidos entre el pánico y la nada,
los hombres esperaban el momento
último,
sin oponerse ya,
sin rebeldía.
Algunos se murieron,
como dije,
y los demás, tendidos, derribados,
pegados a la tierra en paz al fin,
esperan
ya no sé qué
-quizá que alguien les diga:
«amigos, podéis iros, el combate...»
Entre tanto,
es verano otra vez,
y crece el trigo
en el que fue ancho campo de batalla.
Ángel González



NADIE ESTÁ SOLO

En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad.

Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?...

Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio.

¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?

Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo

DE NOCHE A SOLAS

Aunque los teletipos y la radio
y miles de carteles y periódicos
sigan con la noticia hasta cansarse
alguien -quizá los hombres humillados
de América y del mundo o los poetas
o el perseguido que cobija aún
a la esperanza como a un niño enfermo-
alguien siente un rumor de noche a solas
que le impide dormir que va royendo
su pecho en inquietud entre las sábanas
un rumor apagado que persiste
en el sueño después cuando ya otorgan
reposo mas no paz los barbitúricos
y que no cesa y crece tal el ritmo
desbocado de un tren que se avecina
y entonces es cuando aparece el hombre
vistiendo su camisa ensangrentada
entonces es cuando lo que fue duda
retumba entre disparos y es certeza
y llega el sobresalto el despertar
entonces cuando vuelve ese fantasma.

José Agustín Goytisolo

VALLEJO, HERMANO

Al fin del atentado
y muerto el inocente, vino hacia él Bin Laden
y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Al fin de la batalla
y muerto el inocente, vino hacia él Bush & Co.
Y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Al fin de la tortura
y muerto el disidente, vino hacia él Sadam
y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Al fin del bombardeo
y muerto el niño palestino, vino hacia él Olmert
y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Al fin de la explosión del autobús
Y muerto el niño de Israel, vino hacia él Hamás
y le dijo: “¡No mueras, te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los seres piadosos de la tierra
rodearon al múltiple cadáver
con un ruego común: “¡Quédate hermano!
¡No nos dejes, valor, vuelve a la vida!”
Los vio el cadáver triste, emocionado.
Intentó levantarse, abrazarlos, perdonar
y vivir. Abrió los ojos. Dijo:
“El peso de tanto asesinato no me deja moverme,perdónenme, perdónenme”
Cerró los ojos y volvió a la muerte.
FELIX GRANDE (Sobre el poema “Masa” de Cesar Vallejo)



No sé por qué piensas tú,

soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.
Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?
Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.
Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.
Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
adónde vamos yo y tú...
¡No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!
Tomado de Cantos para soldados y sones para turistas, en Obra poética 1920-1972, La Habana, Instituto Cubano del Libro, 1972


Tristes guerras

si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras.
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores.
Tristes, tristes.


Miguel Hernández, Cancionero y romancero de ausencias

PIDO


Prisionera de un pánico invencible,
y aunque sé de la inutilidad de todo sueño,
desde esa cárcel torturante que es la vida,
pido la autonomía total del hombre
y el derecho a no justificar para nada
su existencia.

Clara Jarnés, "Libro de alienaciones" 1980


LA MUERTE DEL NIÑO HERIDO

Otra vez en la noche... Es el martillo
de la fiebre en las sienes bien vendadas
del niño. —Madre, ¡el pájaro amarillo!
¡las mariposas negras y moradas!
—Duerme, hijo mío. —Y la manita oprime
la madre, junto al lecho. —¡Oh, flor de fuego!
¿quién ha de helarte, flor de sangre, dime?
Hay en la pobre alcoba olor de espliego;
fuera, la oronda luna que blanquea
cúpula y torre a la ciudad sombría.
Invisible avión moscardones.
—¿Duermes, oh dulce flor de sangre mía?
El cristal del balcón repiquetea.
—¡Oh, fría, fría, fría, fría, fría!
ANTONIO MACHADO

TENÉIS QUE OÍRME

YO fui cantando errante,
entre las uvas
de Europa
y bajo el viento,
bajo el viento en el Asia.
Lo mejor de las vidas
y la vida,
la dulzura terrestre,
la paz pura,
fui recogiendo, errante,
recogiendo.
Lo mejor de una tierra
y otra tierra
yo levanté en mi boca
con mi canto:
la libertad del viento,
la paz entre las uvas.
Parecían los hombres
enemigos,
pero la misma noche
los cubría
y era una sola claridad
la que los despertaba:
la claridad del mundo.
Yo entré en las casas cuando
comían en la mesa,
venían de las fábricas,
reían o lloraban.
Todos eran iguales.
Todos tenían ojos
hacia la luz, buscaban
los caminos.
Todos tenían boca,
cantaban
hacia la primavera.
Todos.
Por eso
yo busqué entre las uvas
y el viento
lo mejor de los hombres.
Ahora tenéis que oírme.
Pablo Neruda

PIDO LA PAZ Y LA PALABRA

Escribo
en defensa del reino
del hombre y su justicia. Pido
la paz
y la palabra. He dicho
«silencio»,
«sombra»,
«vacío»
etcétera.
Digo
«del hombre y su justicia»,
«océano pacífico»,
lo que me dejan.
Pido
la paz y la palabra.
Blas de Otero

CONTRA LA GUERRA

… Bien mirado, ninguna guerra
Es justa ni es noble ni es honesta:
Siempre pierden los mismos; nunca ganan
Ni la razón ni la justicia ni la ética,
Sino los intereses de unos pocos
Que creen ser más que lo que son
Y más aún que los que representan.
Contra la guerra, pues, contra la guerra
Es nuestra guerra ahora:
Contra ésta y contra toda guerra
En que la vida no sea vencedora.
Jaime Siles

MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: "¡No mueras, te amo tanto!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron dos y repitiéronle:
"¡No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil, clamando: "¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos,
con un ruego común: "¡Quédate hermano!"
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los hombres de la Tierra
le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionado;
incorporose lentamente,
abrazó al primer hombre; echose a andar.
CESAR VALLEJO. "España, aparta de mí este cáliz" (1939)

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